domingo, 11 de mayo de 2008

¡¡ALEGRÉMONOS POR LA DECADENCIA
DE LA SECTA CATÓLICA,
PERO SIGAMOS EN LA LUCHA HASTA SU DERROTA FINAL!!

Antonio García Ninet
Doctor en Filosofía

El Vaticano se queja de la secularización en España... Pero, ¿por qué se queja? ¿No sucede todo de acuerdo con la voluntad de Dios? ¿No es Dios quien da la fe y la gracia a quien quiere? Al menos eso dice Tomás de Aquino en su Suma Teológica.
Quizá la explicación haya que buscarla en otra parte. Por ejemplo en la repugnante contradicción de una iglesia inmensamente rica que predica a los pobres la resignación cristiana a la vez que les pide dinero para construir seminarios e iglesias y luego impide a esos mismos pobres estudiar en sus colegios e universidades, que reserva para los ricos y para los miembros del Opus.
Quizá la explicación haya que buscarla también en que el pueblo de España está comenzando a abrir los ojos tomando conciencia de que el colectivo de la jerarquía católica vive como Pantagruel, muy al estilo de los grandes millonarios en sus palacios mientras predica, el ayuno, la penitencia y el sacrificio a los demás.
Quizás la explicación se encuentre también en el contraste entre la hipocresía de la forma de vida de esa jerarquía tan dada a las bacanales, a la pederastia y demás desviaciones sexuales motivadas por falta de auténtica labor productiva para la sociedad y la exigencia de todas las penalidades para el pueblo sencillo que no tiene ni para llegar a fin de mes.
Quizás parte de la explicación se encuentre igualmente en el ejemplo (?) de tantos curas que no tienen otro trabajo que el de decir alguna misa al cabo del día y pasarse el resto del tiempo en el bar o en otros lugares un tanto especiales pero que no están precisamente relacionados con las enseñanzas que predican.
Quizá la explicación se encuentre asimismo en que el pueblo ha comenzado a hacerse culto y a comprender en consecuencia que las doctrinas cristianas son un absurdo total, pues no se puede hablar de un Dios absolutamente misericordioso que condena al fuego eterno, no se puede hablar de un Dios que muere para redimirnos del pecado original cuando nadie tiene culpa de ese supuesto pecado, no se puede hablar de un dios providente cuando se supone que él y solo él ha programado con su "eterna sabiduría" (?) tantos desastres, enfermedades, miserias y sufrimientos para la humanidad, no se puede hablar de un dios que quiere nuestra salvación y que desde la eternidad ya ha predestinado a quiénes salvará y a quiénes condenará sin que en sus decisiones influya para nada el mérito o la culpa del hombre, pues nada puede ser causa de la voluntad divina según enseña el propio Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia Católica.
Quizá la explicación se encuentre también en la contradicción de unas doctrinas que en teoría defienden el amor a los enemigos y al mismo tiempo afirman que Dios juzgará al final de los tiempos a la humanidad para separar a los buenos para conducirlos a la vida eterna, y a los malos para enviarlos al fuego eterno, lo cual no es precisamente un ejemplo de ese "amor al enemigo" sino una muestra de la "venganza eterna" de ese Dios.
Quizá la explicación se encuentra igualmente en todo ese folklore en que se ha convertido la actividad de la Jerarquía Católica, tan ricamente revestida con sus atuendos medievales, pero un millón de veces superior en su precio al que podría servir para vestir a un millón de mendigos sin nada que ponerse para no pasar frío.
Quizá la explicación se encuentre también en que la gente va comprendiendo poco a poco que para salvarse -si es que hay que salvarse de algo y para algo- no hace ninguna falta acudir a esas iglesias en las que se hace de todo menos dedicarse a ayudar a quienes padecen hambre y sed de justicia y de alimentos y de solidaridad.
Quizá la explicación se encuentre también en que el pueblo va comprendiendo que la auténtica misión de la iglesia es la de ser, como ya señaló Marx, la droga del pueblo, la adormidera que trata de impedirle que resuelva sus auténticos problemas laborales y sociales para liberarse de la opresión que padece por culpa del sistema de producción capitalista en el que los obreros son explotados y la jerarquía de esa Iglesia es la principal cómplice de dicha explotación en cuanto predica la resignación y la obediencia y defiende siempre a los partidos de la derecha capitalista y a las dictaduras que oprimen al pueblo sencillo.
¡¡Alegrémonos de que el poder de esa mafia esté desapareciendo y luchemos por aligerarles cuanto antes de la carga de las incalculables riquezas que a lo largo de los siglos han ido robando al pueblo!!

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